Para mentir es necesario un bajo nivel de conciencia y un proceso de razonamiento incorrecto que genera una distorsión de la realidad gracias a la cual se pretende logar un objetivo que se vislumbra inalcanzable por otros medios o, en su caso, protegerse de una realidad que desagrada incluso al emisor quien no la quiere asumir.
Llamamos “fake-news” a las noticias falsas, pero podemos llamarlas en castizo castellano “noticias que son mentiras” y así nos entenderemos sin rodeos. Estas mentiras sirven a intereses concretos y persiguen objetivos que, como ya he comentado, jamás van a lograr tirando de verdades como puños.
Algunas de esas mentiras calan tanto que, en general, la sociedad acaba creyendo que la mentira no es tal cosa, sino que lo son aquellas noticias que exponen o denuncian el engaño. Hasta ese punto cala el mensaje de quienes son de “moral relajada” y no conocen más verdad que el decorado que pintan para disfrazar la burrada de turno.
Por ejemplo, los medios se han volcado anunciando a diestro y siniestro incendios en vehículos eléctricos. De hecho, hay quien ha desistido de comprar un vehículo eléctrico o híbrido por miedo a que se incendie. Solo contar media historia, en este caso, logra el objetivo: porque de cada 100.000 coches con motor térmico (gasolina o diesel), la estadística nos dice que se incendia históricamente un promedio de 1.530 unidades. ¿Y, sobre 100.000 vehículos eléctricos, cuántos se incendian? Pues 25. Echa cuentas de lo “fake” que es meter miedo con el litio, si hay 62 veces más incendios con los de gasolina y diesel. Y el dato es de una prestigiosa aseguradora USA, Auto Insurance EZ , que bien podría defender la industria patria tradicionalmente amante del olor a gasolina.
Otro bulo devastador lo tenemos con el tema de las okupaciones. Para empezar, ese delito no existe, legalmente, sino el de “usurpación”. Que Doña María baje a la tienda y al regresar se encuentre con alguien en casa no es ocupación, sino allanamiento de morada. Igualmente ocurre si se trata de su segunda residencia, pues ambas son espacios constitucionalmente protegidos como morada y da igual si son propiedad o en alquiler. Otra cosa muy distinta es lo que le puede ocurrir a un gran tenedor (quien tiene más de 50 viviendas sin arrendar ni morar) y a quien sí le pueden okupar la casa o piso y a eso – y solo a eso – sí se le llama usurpación y, cuando quien usurpa tenga la condición de vulnerable…hay una cierta protección administrativa por el deber que tiene el estado de garantizar constitucionalmente el derecho a la vivienda. Hay aseguradoras que se han lanzado a vender cobertura para ocupación, pero ¿están explicando lo que es y cuándo cubrirán? ¿Es normal que eso llegue a preocupar tanto a las familias y a propietarios e inquilinos? ¿Es normal que se haya disparado la colocación de alarmas y que algún banco las endose como si no hubiera un mañana? En 2022 se presentaron 16.726 denuncias por allanamiento de morada – que no es usurpación – y usurpación en España, frente a las 17.274 de 2021; es decir, este tipo de delitos está bajando. Pero la venta de coberturas de seguro y de alarmas, sube proporcionalmente al ruido de la prensa que genera alarma social. En España tenemos 26.623.708, 3.837.328 viviendas se catalogan como desocupadas y 2.514.511 de uso esporádico – datos del INE – lo que significa que la probabilidad de allanamiento o usurpación es del 0,065%. La probabilidad de que yo tenga mañana un accidente con el coche, si lo conduzco, es del 0,93%, para comparar. ¿A quién beneficia el ruido y el miedo? Saca conclusiones.
No acaba ahí la cosa. Por supuesto has oído hasta la saciedad ofertar seguros “más baratos porque quitamos intermediarios” refiriéndose a las comisiones que agentes o corredores obtienen a cambio del asesoramiento y asistencia que prestan a sus clientes. Pero, ¿es eso cierto o solo es un cuento chino para que no mires donde realmente se obtiene el ahorro en costes que se traduce en un precio más barato? Una conocida aseguradora que nos martillea con su publicidad a todas horas en radio y tv gasta, exactamente, algo más del 1% en publicidad que, por poner un ejemplo, Allianz en publicidad y comisiones a mediadores. Es decir, sale más caro pagar anuncios continuadamente que pagar a profesionales. ¿Dónde está el ahorro que justifica el low-cost? Pues donde no esperas: en las coberturas, en los criterios de indemnización y – como siempre – pagando mucho menos a los reparadores y comprando recambios no oficiales. Pero, claro, si te dijeran eso en sus anuncios ¿les comprarían?
Uno de los fake más lesivos para los sufridos consumidores procede de un clásico de los abusos: la banca. No hay seguro obligatorio de vida al contratar un préstamo, ni pueden obligarte a contratar su seguro, ni hay nadie – aparte de la banca – que tenga estómago para vender un seguro a prima única de vida riesgo, simplemente porque es la peor opción posible para cualquiera. Pero ¿a quién no le han dicho que si no hay seguro no hay hipoteca? Fake, fake, fake que acaba convirtiéndose en pura extorsión.
Quien miente te llevará, siempre, por mal camino.
“Ryan, soy un político, lo que me convierte en mezquino y mentiroso. Si no estoy besando a un niño, le estoy robando sus caramelos.”
Richard Jordan, actor.